El conde Vronsky, joven y apuesto oficial, se enamora perdidamente de Anna Karenina, esposa de un alto funcionario de San Petersburgo. Cuando se conocen en la estación, un guardavías muere accidentalmente. Esto es interpretado por Anna como un mal presagio. El marido se negará a conceder el divorcio. Decidirán vivir juntos, aunque marginados de la sociedad a la que pertenecen.
El gran mérito de Tolstoi es la capacidad para ir de una historia a otra, entremezclando Stepan Arkadievitch con Levin, o Dolly con Kitti y esta ultima con Vronsky o Anna… Nunca nos da la sensación de que vayamos a perdernos entre las 900 páginas de novela.
Mujeres del mundo si leen Anna Karenina conocerán la mujer del siglo pasado, aquella que era capaz de ser infeliz toda la vida sin levantar la voz, hundiéndose cada vez más profundamente en la tristeza.
Mujeres del mundo si leen Anna Karenina conocerán la mujer del siglo pasado, aquella que era capaz de ser infeliz toda la vida sin levantar la voz, hundiéndose cada vez más profundamente en la tristeza.
Si te atrapó el argumento de esta fascinante novela histórica, comenzá a leerla:
http://www.librosgratisweb.com/pdf/tolstoi-leon/ana-karenina.pdf
Bueno, para romper el hielo comienzo contando algo yo.
ResponderEliminarCuando este libro llegó a mis manos, tenía 20 y un compañero del cbc me regaló el primer volúmen, con la promesa que más adelante me regalaría el 2 v. La cuestión es que la encuadernación del libro me encantó (primero me entró por los ojos) y cuando lo empecé a leer, me lo devoré, comencé a ser una habitante de esa Rusia, por mucho tiempo inclinaba mi cabeza y extendía el brazo para dejar pasar a alguien, o simplemente la inclinaba para acompañar un GRACIAS. Muchos años después, haciendo una actividad que me fascina, el zapping, pasé y retrocedí a un canal donde en una milésima de segundo había visto un personaje en el cual reconocí a uno de los personajes de esta historia, la vi y tuve ganas de volver a leer el libro. La peli me sirvió para saber el final, ya que nunca recibí el 2 v. y tampoco me lo compré. El cine es mágico, pero la lectura es mágica y práctica, la llevás a donde sea y aprovechas tiempos muertos (viajes en el transporte público, filas del banco, salas de espera), siempre es buen momento para despejarse con una buena historia.